es constructivo, cuando el alumno no solo
recibe, repite o internaliza conocimientos
con asociaciones arbitrarias, sino cuando
construye grandes cuerpos de conocimiento
a partir de conocimientos propios que ya posé”
David Ausubel
El aprendizaje es un proceso permanente de construcción de conocimiento que el alumno realiza usando distintos medios, pero con una característica común; relacionar sus conocimientos previos con los nuevos, generando significación para estos, volviéndolos procesos de reconceptualización y mejorando su proceso de aprendizaje. Sin embargo, este proceso no se ajusta a un proceso rígido de interacción mental con el entorno, sino que promueve la reflexión y por lo tanto la autonomía en el aprendizaje.
De acuerdo a importantes autores educativos (Ausubel, Piaget, Vygotsky, Bruner), la actitud favorable (motivación), la significación lógica y psicológica de los que se aprende, la funcionalidad del conocimiento y la calidad de la orientación del aprendizaje para construir son los determinantes del proceso de aprendizaje, pero esto no significa que no existan estrategias educativas complementarias o distintas que aporten al que los estudiantes construyan su propio conocimiento.
En este esquema se clarifica entonces, que aprender no es solo poseer conocimientos sino saber emplearlos como herramientas, aprovecharlos y transformar las proposiciones en un proceso de descubrimiento. Por lo tanto la enseñanza no implica solo la transmisión de conocimiento, sino la invitación al descubrimiento, ¿pero como introducir procedimientos que alienten al descubrimiento?
LA INTERACCIÓN
La respuesta, desde mi punto de vista, y en concordancia con Bruner, es la generación de situaciones que alimenten la divergencia, ya que son estas el origen del conflicto, entendido como punto de partida para la búsqueda de una solución constructiva, es decir, el criterio individual entra a evaluación y critica frente a criterios compartidos, este hecho somete entonces a los estudiantes a una reevaluación de su criterio, transformándolo en un conocimiento de mayor significación, dejando ver el punto de partida para un modelo pedagógico ajustado a las necesidades de un entorno altamente dinámico.
Reconociendo que la educación tiene diversas dimensiones respecto de su sujeto, y por otra parte tiene también diferentes momentos, se piensa entonces que la finalidad educativa debe desglosarse en distintos objetivos que expresen la necesaria concreción operativa de una finalidad superior; y es aquí en donde se hace imperante la necesidad de que en la educación actual se involucren los avances tecnológicos de la comunicación interactiva. Estos recursos interactivos se sitúan bajo el esquema de la Web 2.0, que es una transición del esquema tradicional hacia aplicaciones enfocadas al usuario final; estas aplicaciones generan colaboración constructiva en términos educativos basándose en una estructura pedagógica definida.
¿Qué define la mencionada estructura pedagógica? Define la educación, desde una visión de avenencia y acompañamiento en el viaje del descubrimiento, que se transforma espontánea y progresivamente, en congruencia con el entorno. Un entorno que no solo valoriza la razón sino que hace énfasis en lo sensitivo; por lo tanto, la enseñanza – aprendizaje se convierte en un proceso fundamental de interacción constructiva en que el conocimiento se fundamenta de una sensación de bienestar en términos de la razón.
Y si el entorno es virtual, ¿Cómo promover un esquema constructivista de convivencia, que aporte al aprendizaje sin dejar de lado los aspectos emotivos de los miembros de la comunidad del aprendizaje? Sin duda, con nuevas alternativas tecnológicas que reconozcan la individualidad de los involucrados y permitan que la interacción social y académica aporten al desarrollo de los participantes del proceso.
